¿Por qué siento hambre después de comer?
¿Por qué siento hambre después de comer?
Si comes algo que te gusta mucho, es normal comer y comer sin sentirte lleno. Otras veces, podemos sentir un hambre constante que no desaparece por mucho que traguemos. Si sucede de manera intermitente un día, no es un gran problema, pero cuando se convierte en una rutina, es una señal de que algo en nuestro cuerpo o en nuestra dieta no está funcionando como debería. Generalmente decimos que tenemos ganas o miedo de comer, pero lo cierto es que esto no debe subestimarse, pues las deficiencias nutricionales pueden manifestarse en forma de enfermedades o trastornos en el organismo.
Demasiada fructosa.
La investigación ha demostrado que la fructosa es una sustancia que puede hacer que nuestro cerebro piense que necesitamos comer más, siendo uno de los culpables detrás de la sensación constante de vacío a pesar de que acabamos de comerla. La razón de esto es que la fructosa afecta la forma en que el cuerpo usa la leptina. La leptina es la hormona que nos hace sentir llenos y nos dice que dejemos de comer, por lo que si el cuerpo no la está utilizando adecuadamente, ese estímulo para dejar de tragar nunca llegará.
Cuando pensamos en fructosa, nos viene a la mente la fruta. Si bien es cierto que este azúcar se encuentra en la fruta, la fructosa a menudo ingresa a nuestro cuerpo a través de otros alimentos menos saludables, como los refrescos, que se elaboran casi en su totalidad con jarabe de maíz con alto contenido de fructosa. Otros alimentos que contienen altas cantidades de fructosa, que pueden provocar las mismas sensaciones, son el pan industrial y otros alimentos procesados. Teniendo esto en cuenta, dejar de comer muchos alimentos ricos en fructosa puede ser una buena manera de dejar de sentir hambre y dejar de comer constantemente.
Productos alimenticios enlatados.
El bisfenol A es otro ingrediente que, cuando se toma en grandes cantidades, conduce a una mayor producción de leptina, lo que aumenta el nivel de antojos de alimentos y facilita que una persona engorde. La verdad es que los alimentos enlatados son muy altos en BPA, así que mantén tu consumo al mínimo.
Carbohidratos refinados.
Por último, para finalizar nuestra lista de alimentos y comidas que te dan hambre a lo largo del día, tenemos que hablar de los carbohidratos refinados. La harina refinada, al igual que otros alimentos como las patatas, tienen un índice glucémico muy alto. Esto hace que los niveles de glucosa en sangre se eleven de forma espectacular cuando lo consumimos. La reacción en cadena que ocurre es que para compensar esto, el cuerpo debe secretar insulina para bajar el nivel de azúcar en la sangre. Los niveles de azúcar en la sangre caen repentinamente, por lo que su cuerpo le indica que coma más alimentos para estabilizar sus niveles de azúcar en la sangre.
Si queremos evitarlo debemos abstenernos de dulces, refrescos, bizcochos artificiales, frituras y azúcares refinados, y optar por legumbres o harinas integrales que tengan que digerirse lentamente para aportar glucosa durante más tiempo. Y evita los picos. Gracias a nuestro menú saludable a domicilio, puedes asegurarte una dieta equilibrada, sana y sabrosa.
Mal desayuno.
Para muchas personas, para perder peso, uno de los primeros pasos que toman es dejar de comer y empezar a desayunar. Hemos escuchado miles y miles de veces que el desayuno es la comida más importante del día y, a pesar de las frecuentes repeticiones, todavía no parecemos darnos cuenta de cómo nos afecta esa comida. Lo cierto es que si eliges no desayunar o comerlo mal, subirás de peso.
Todos los estudios que se han hecho sobre este tema lo confirman: desayunar mal nos hace sentir menos llenos el resto del día, lo que nos hace sentir hambre y comer mucho más a lo largo del día. Además, nuestro metabolismo se ralentiza, lo que hace que el cuerpo entre en «modo de supervivencia» y almacene toda la grasa que comemos más tarde en el día. Si quieres acabar con esa sensación de estómago vacío incluso después de comer, debes empezar el día con un buen y saludable desayuno.
Deficiencia de ácido fólico.
El ácido fólico es una vitamina que ofrece enormes beneficios para combatir el aumento de peso y la depresión. El caso es que las personas que consumen la cantidad adecuada de esta sustancia pierden casi 9 veces más kilogramos que aquellas que no obtienen suficiente ácido fólico. Pero ¿dónde está el secreto? La respuesta está en que los alimentos más ricos en ácido fólico son las verduras de hoja verde, que además aportan altas cantidades de fibra y tienen una densidad energética muy baja. Por tanto, son alimentos que nos aportan un alto nivel de saciedad, sin aportar casi calorías.
Otro problema común, que se repite una y otra vez, es la falta de hidratación. Son muchas las personas que rara vez beben agua, cuando es un componente imprescindible para el buen funcionamiento del organismo. No tienes que esperar hasta sentir sed; La sed es un síntoma de deshidratación que nunca debería ocurrir. Si todavía tienes hambre después de comer, prueba a beber unos vasos de agua y comprobarás que te sientes más lleno y menos ansioso por seguir comiendo.
razones psicológicas.
Nadie se sorprenderá, pero lo cierto es que una investigación de un grupo de científicos australianos ha demostrado que el simple hecho de observar los alimentos desencadena el deseo de comerlos. Definitivamente nos recuerda nuestro pasado más primitivo cuando no sabíamos cuándo podríamos volver a comer. Pero en una sociedad donde la comida siempre estará presente, la locura de tener una caja de papas fritas cada vez que ves a alguien comiéndoselas puede resultar contraproducente, especialmente con el constante bombardeo de imágenes en la televisión.